Si algo necesitamos hoy de manera urgente, es encontrar una nueva manera de hablar del agua, que nos conecte de manera afectiva y sensorial con este líquido del cual dependemos crucialmente. No se trata de entender el agua de manera racional, sino dejar que su poesía, como escribe el filósofo Gaston Bachelard, nos gane e invada. Tenemos que escuchar lo que nos dicen los ríos y los arroyos, recordar su belleza y sonoridad, soñarlos para construir un mundo en el cual el agua vuelva a fluir limpia y libremente.
La exposición El Signo de las Fuentes constituye un primer paso en este sentido. Resultado de la colaboración entre el artista visual Benoît Ménéboo, la investigadora Jade Latargère y Tar Falfán, director de Arte Sustentable, esta exposición fotográfica retrata la manera en la que los habitantes de Morelos se relacionan con el agua en cuatro municipios: Tepoztlán, Zacualpan, Cuautla, Tetela del Volcán. Presenta las técnicas e infraestructuras que permiten aprovechar el líquido, a los hombres y mujeres que se encargan de su distribución, a los usuarios que a diario necesitan de este recurso para cultivar, construir, realizar diversas tareas domésticas. A través de un sutil diálogo entre imágenes de archivo y fotografías actuales, la muestra busca recordar la importancia tan peculiar que tuvo el agua en la región, como detonador del desarrollo turístico y productivo, y evidenciar los múltiples cambios que hubo en la relación al recurso, visibles por ejemplo en la desaparición de manantiales y la contaminación de ríos. Muchos de estos cambios ocurrieron de manera tan rápida que las nuevas generaciones ignoran que en donde hoy existen planchas de concreto, corrían hace algunos años apantles y ríos de aguas cristalinas.
Sin embargo la intención primera de la exposición no es explicar cómo funciona el suministro de agua, sino resaltar la esencia poética de este líquido, el lugar central que ocupa en nuestro imaginario. El agua no es sólo un recurso del cual dependemos para vivir; es una materia que moldea nuestros referentes simbólicos y construye nuestra experiencia estética del mundo. Las imágenes exhibidas no solo retratan la dimensión técnica del agua, sino también los signos que ha producido en distintos escenarios de la vida social, las formas y líneas que dibuja en los paisajes boscosos y urbanos, el halo de sacralidad que la rodea. Destacan su belleza, la omnipresencia que tiene en la cotidianidad de los habitantes del territorio morelense. Invitan al espectador a tomar conciencia de los sueños, recuerdos y metáforas que asocia a este líquido. Es avivando esta dimensión afectiva y sensorial que llegaremos a actuar y proteger este elemento que tanta importancia tiene en nuestras vidas.
Recorrido virtual de la exposición
La exposición El Signo de las Fuentes se presenta en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca, hasta 25 de abril de 2021. Dado que las condiciones sanitarias no permiten hasta el momento su apertura al publico, realizamos este recorrido virtual, para que puedas descubrir la exposición desde la comodidad de tu casa.
La exposición consta de 62 fotografías del artista Benoît Ménéboo, de dos instalaciones multimedia y de alrededor de 60 imágenes de archivo procedentes de la Fototeca Nacional, del Archivo Histórico del Agua y de la University of Wisconsin-Milwaukee Libraries.
Hablar del agua a los niños de otra manera para prepararlos a enfrentar los problemas de mañana
Paralelamente a esta exposición, el CEMCA se encuentra desarrollando una colección de cuentos infantiles en torno al agua. Al igual que la exposición El Signo de las Fuentes, esta colección de cuentos parte de la necesidad de construir una nueva narrativa sobre el agua. Ante los graves problemas que afectan los recursos hídricos en México, ya no podemos contentarnos con enseñar a los niños a cerrar la llave o con inculcarles que el agua es un derecho que deben exigir. Tenemos que formar niños que sepan de dónde proviene el agua que consumen y cuáles amenazas acechan su fuente de abastecimiento, que sepan que el consumo de líquido en un punto impacta en otra parte del territorio y que resulta necesario cambiar actitudes y comportamientos para revertir el actual deterioro. Enseñarles los problemas concretos que se plantean en la gestión del líquido, con base en el conocimiento científico disponible, para prepararlos a hacer frente a los problemas de mañana.
El primer volumen de esta colección se titula Elena y el agua. Un cuento en torno a los cambios de usos de agua en Morelos. Fue publicado en 2020 por el CEMCA y el Fondo Editorial del Estado de Morelos. Cuenta la historia de Elena, una niña a quien le encanta venir a Morelos para nadar en los balnearios. Elena observa que el único que nunca se mete a la alberca es su abuelo. Ella está convencida de que es por qué no sabe nadar, pero pronto descubrirá los verdaderos motivos de su abuelo.
El propósito específico de este cuento era acercar a los niños a la historia del agua y los cambios que han ocurrido en los usos de agua en el siglo XX en el Estado de Morelos, haciendo uso de la narrativa y de fotografías de archivo. El libro surgió de la constatación de que existe una “amnesia ambiental generacional”, para retomar el concepto propuesto por el psicólogo americano Peter Kahn. Las generaciones nacidas en la década de los cincuenta tienden a considerar el deterioro de los recursos hídricos como un problema porque vivieron en su infancia el agua limpia de los ríos. En cambio, las nuevas generaciones que nunca han visto el agua fluir limpiamente a cielo abierto, no pueden tomar conciencia de que la contaminación del agua constituye una situación anormal o problemática porque nunca han conocido otro estado de hechos. El libro toma acto de la necesidad de devolver la memoria a los niños para revertir el deterioro de los recursos hídricos.
Recursos complementarios
Y para quienes se interesan más específicamente a la cuestión del agua en Morelos, les recomendamos la lectura del artículo Le rôle des réseaux d’irrigation gravitaire dans la construction territoriale: le cas du réseau approvisionné par la source Las Tazas, dans l’État du Morelos, Mexique, de la investigadora Jade Latargère, que aborda la transformación del territorio alrededor del manantial Las Tazas, en la ciudad de Cuautla, Estado de Morelos. Este manantial era muy visitado en el pasado porque sus aguas eran profundas y permitían la práctica del buceo. Ha sido fotografiado en su estado actual por el artista Benoît Ménéboo. El artículo evidencia que ciertos canales de irrigación desempeñan un papel importante en el funcionamiento del territorio, y que los actores públicos deberían tomar en cuenta esta dimensión antes de reemplazarlos por tuberías cerradas para mejorar la eficiencia de irrigación.
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