Después de haber jugado un rol mediador durante varios siglos, en estos momentos la justicia en México no es bien vista e inspira una desconfianza poco común, incluso en otros países del continente americano. La degradación de las relaciones entre justicia y sociedad parece haberse acelerado en el curso del siglo XIX, a tal punto que podemos demandarnos si la Revolución mexicana empezada en 1910 no es el resultado de la incapacidad de mantener la función de mediación que había ayudado para lograr la estabilidad de la región. Ahora bien, los poderes públicos no permanecieron al margen de esta evolución porque las reformas liberales, puestas en marcha en diferentes etapas desde las reformas borbónicas, pasando por la Reforma (1856), el positivismo liberal de Porfirio Díaz y hasta el neoliberalismo de los años 1990 no han cesado de apostar sobre la modernización de la justicia. Esto ha significado, hasta el final de la primera mitad del siglo XX una profesionalización del personal de justicia y la elaboración de códigos penales y civiles que deberían establecer la legitimidad y la transparencia de las decisiones de justicia. En suma, se trataba de generar una gran confianza en la justicia a través de esas reformas.
Este proyecto tiene como objetivo elucidar esta aparente contradicción, teniendo como hipótesis principal que la modernización de la justicia modificó la configuración de los actores sociales -los magistrados y todos los que intervienen en el mundo infrajudicial, autoridades municipales que fueron perdiendo sus prerrogativas judiciales, entre otros- y por tanto también cambió la relación entre justicia y sociedad.
24 y 25 de octubre 2019
CEMCA – Río Nazas #43, Cuauhtémoc, 06500, CDMX.Consulte aquí el programa
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