PRESENTACIÓN DEL PROYECTO

El Proyecto Arqueológico Reconocimientos y Contextualización del Arte Rupestre Salvadoreño tuvo como objetivo el estudio de las manifestaciones gráficas rupestres de El Salvador. El país cuenta con 70 sitios rupestres, diseminados en todas las regiones, pero el proyecto consideró un total de 113 yacimientos, tomando en cuenta las regiones circundantes del Oriente de Guatemala y del Sur de Honduras. El estudio buscó identificar tradiciones rupestres y proponer hipótesis cronológicas y afiliaciones culturales, cuando era posible, para determinar las etapas, y la importancia cultural, del desarrollo del arte rupestre en el país. Un sistema de información geográfica permitió reunir numerosos datos en relación con la iconografía y estudiar la relación geográfica entre los 113 yacimientos rupestres y 95 asentamientos cercanos. El análisis iconográfico se realizó por medio de la clasificación por tipos y variedades de las unidades gráficas. Para la cronología, los sondeos arqueológicos, llevados a cabo en 11 yacimientos rupestres, y el estudio en laboratorio de la composición físico-química de los pigmentos de las pinturas, dieron aportes de suma importancia. Respecto a las afiliaciones culturales, se acudo a varias disciplinas como la toponimia, la etnohistoria, la lingüística, y los estudios antropológicos para permitir acercar grupos culturales con tradiciones rupestres.

El arte rupestre nace en El Salvador durante el Preclásico Medio (900 a 500-400 a.C.), con la influencia reconocible del estilo Olmeca. El periodo siguiente, y el más prolifero, es el Clásico Tardío (625 a 900 d.C.). La principal tradición rupestre identificada se encuentra principalmente en el Centro y en el Noreste del Oriente de El Salvador, y se relacionó con los Lencas. Un último florecimiento sucedió durante el Posclásico Temprano (1000 a 1200 d.C.), y se ilustra por la influencia de los grupos Nahua-Pipiles que se instalaron en este momento en el país. Los últimos yacimientos rupestres corresponden al Posclásico Tardío (1200-1537 d.C.). Este periodo vio nacer pocos yacimientos, pero su iconografía es una de las más acabadas, con influencias del estilo Mixteca-Puebla. Durante la Colonia, la iconografía rupestre se limita a cruces latinas sobre sitios prehispánicos, como una forma de evangelizar lugares considerados como paganos.