PRESENTACIÓN DEL PROYECTO

En el delta del Diquís, en la región suroeste de Costa Rica, Claude F. Baudez reiteró su objetivo, ya realizado en el Valle del Tempisque en los años 1960, de establecer una primera secuencia cronológica para una región determinada. Esta vez, se trata de la región del Diquís, con sus famosos sitios prehispánicos con esferas monumentales. Desde los primeros estudios por Lothrop y Stone en los años 1940, ningún reconocimiento sistemático se había llevada a cabo en torno a estos asentamientos, lo que hacía de la región del Diquís una de las menos conocidas arqueológicamente al sur del istmo centroamericano. Basándose en reconocimientos sistemáticos en una zona de más de 1000 hectáreas, ubicada en plantaciones bananeras, C. F. Baudez va a evaluar la densidad y la duración del poblamiento del área, identificar focos de ocupación y determinar la distribución de los vestigios arqueológicos. Con el fin de establecer la secuencia cerámica, C. F. Baudez será el primero en llevar a cabo excavaciones estratigráficas, análisis tipológicos de la cerámica y fechamientos absolutos de Carbono 14. De forma metódica, establece una ocupación densa de la región desde por lo menos 600 d.C. hasta 1500 d.C., con un periodo de auge entre 800 y 1200 d.C. En este periodo, el alto nivel técnico alcanzado por los orfebres, escultores y alfareros hace del delta del Diquís un centro mayor de producción de la Gran Chiriquí que incluye también la franja oeste de Panamá.

Una de las principales dificultades para interpretar la relación entre las esferas monumentales y los asentamientos, donde algunas se encuentran, es el desplazamiento de numerosas de ellas. Ahora bien, los reconocimientos de C. F. Baudez permitieron encontrar 5 esferas monumentales en contexto, en el sitio Finca 6. Allí se determinó que las esferas se usaron como símbolos de rango, al encontrarse asociadas con construcciones como montículos y plazas de las aldeas principales. Otras esferas aisladas jugaron probablemente un papel territorial. Hoy en día, el conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra del Diquís, incluyendo Finca 6, Batambal, El Silencio y Grijalba-2, gozan de una declaratoria por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.